miércoles, 25 de noviembre de 2009

Deidades y empalamientos que emergen desde el interior de la cueva

Altar con trío de Deidades

CIENCIA - ARTE

Este trabajo se inició como una representación pictórica, iconográfica, esa misma entidad mágica ha continuado representándose tanto en xilografías como en planchas grabadas al ácido. Se mantiene una propuesta conservacionista empleando para ello materiales que podrían considerarse de desecho y que al ser trabajados, pasan de ser objeto a ser sujetos. Es un trabajo realizado con elementos tomados de la naturaleza, se aprovechan huesos de varias especies, en su mayoría de pescado, se mezclan diferentes fibras, hojas, flores secas, plumas, cera de abeja, tierra, arena, algas preservadas, maderas de barcos, redes, metales y alambres, para unir los diferentes elementos; es decir un juego con el objeto encontrado e incorporado a la obra, en este caso buscando la tridimensionalidad y a manera de ensamblaje se colocan empalados en un pedestal.

La propuesta plástica que nos ocupa en este momento viene dada por el aprendizaje y ejercicio constante asumido durante largo tiempo con los animales, la disección de cadáveres, su preparación, autopsias de diversas especies, el uso de peces para presentación de clases de Ictiopatología, Zoología acuática y Biología marina, la recolección de muestras y su análisis en el laboratorio para detección de enfermedades, así como el proceso de preparación de huesos de animales para elaborar armazones esqueléticas y su posterior exhibición en laboratorios de anatomía y museos marinos, en síntesis es parte de la experiencia como Médico Veterinario, que al concatenarla con el Arte surge un trabajo libre, espontáneo y creativo en donde se amalgama lo aprendido y la necesidad de expresar a través de una obra la fusión del Arte y la Ciencia que inexcusablemente se conjugan en esta representación.

Se exhibe una propuesta conservacionista: “La preservación de la vida en el Universo, el Ser Humano en su individualidad y en su relación con los otros y con el mundo, sin dejar a un lado los animales, a la flora y los elementales, como algo ineludible para mantener la vida en nuestra Madre Tierra. Se siente en este trabajo una carga de sentimiento, pasión, sensibilidad, obedeciendo a ese grito interno que mueve a al artista a sacar desde adentro lo que quiere decir sin tapujos ni rodeos. Esta obra se desarrolla en un mundo mágico, sin tiempo, recóndito, es un juego con la fantasía, la ilusión y el ensueño, en donde se recrean seres imaginarios a quienes se les va dando vida propia e inventándoles una leyenda a todos y cada uno de esos aliados imaginarios.

Castañeda ha comprendido que “Es Científica – Artista”, además asume que “es una sola cosa” y es que en ella se funden dos grandes ramas del saber y como tal siente que debe honrar ese proceso. Sucede que la vida le ha dado la oportunidad de tocar esos dos extremos y fundirlos en uno solo. No ha sido tarea fácil, ha tenido que “romper paradigmas”, luchar con los dos bandos, porque, el uno, no quiere dejarla ir y el otro, en un principio la vio como una intrusa, creyendo era un capricho pasajero por lo que tuvo que ser tenaz y firme en su finalidad. Hoy siente que aunque le falta un inconmensurable caminar esta en la senda correcta; de la misma manera siente que esta haciendo lo que su libertad real le inspira hacer, en definitiva percibe que es preciso que sus obras las realice con amor y esmero sin preocuparse por lo que el mundo espere de ella, es primordial que deje salir “el quien” que esta dentro de si y lo deje libre.